Nos planteamos si la persona más apropiada para ocupar este puesto sería un estilista, un psicólogo o una sexóloga, pero en vista de que el presupuesto no nos llegaba para licenciados dejamos de pensar y tiramos del comodín del geriátrico. Después de numerosos castings y desechar a todas las viejas sin permanente hemos dado con la persona ideal para tan magno proyecto.
Tengo el placer de presentaros en primicia a la abuelita Susi, especialista en caldo de pollo y unturas caseras.
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