Están siendo unas navidades muy extrañas. Siempre que llegan estas fechas te refugias donde puedes en busca de algo de distracciones que te obliguen a olvidarte de todo por una semanita. En mi caso mi refugio lo debería haber encontrado en el blog y en noches locas de jolgorio y alegría, pero estas, definitivamente, no van a serlo.
Cuando te golpean es duro. Y cuando sufres de tremenda empatía por la persona que lo sufre a veces lo interiorizas como si te hubiera pasado a tí. Y es el caso. Tenía muchas ganas de soltar chorradas e imbecilidades (las fechas estivales y la nefasta programación televisiva casi que me obligan) pero va a ser que no estoy del mejor humor posible para hacerlo.
Esperemos que todo vuelva a la normalidad en la medida de lo humanamente posible. Aquí estará servidor pa intentarlo, claro que sí.
Un abrazo, Dani.
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