5.8.05

.: Las microfábulas del Cyber : el color del mal :.

Justo al llegar al trabajo se percató de que algo no funcionaba bien. Se sentía obserado, oprimido. Lo que en otra situación habría achacado a una resaca se tornó en una obsesión durante toda la mañana. Estaba allí, esperándole en algún lado, aguardando su momento, y el lo sabía.

Durante toda la mañana el sudor frio se convirtió en un elemento más de la castigada espalda de Juan. Las miradas hacia atrás eran continuas y el resto de compañeros de trabajo no hacían nada para aliviarle. "Estan con él, lo sé...". La paranoia crecía de forma exponencial conforme se acercaban las 12 de la mañana. Los latidos de su acelerado corazón parecieron sincronizarse con el segundero del reloj que presidía la sala principal. Solo faltaba un minuto para que llegase el mediodia.... y entonces apareció.

No mediría más de medio metro pero se movía con una asombrosa agilidad impropia de gente de su estatura. Lo miró fijamente y esbozó una sonrisa. Se sentó en una de las sillas que habían dejado hace poco... y mostró sus manos. Juan entonces solo vió negro. Todo negro.

... negro....

Moraleja: vamos a ver, criaturas. Esto va tanto para los crios como para sus madres (por si acaso leen esto). Me da mucho ASCO (en grandote y en negrita: ASCOOOO) las uñas de mierda que me traen los crios cuando vienen a que les de clase de word. Ostia bendita!!! Que parecen mejillones!!! Y luego a ver quien es el guapo que se va a comer con el estomago revirao!!! Por dios bendito.... Si es problema de presupuesto yo le compro a cada crio una pastillad de "jabón lagarto" si hace falta, pero por dios, eso no... eso no.... .... que asco....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Cyber:
Francamente, me sorprende que con tu trabajo sigas manteniendo la salud mental (bueno, más o menos). Enhorabuena.
Un ex-profesor